jueves, 2 de julio de 2009

Damos inicio al principio de una gran idea

Y comenzamos mencionando lo que ha sido para el fútbol balear un enorme éxito. Que Mallorca B y Sporting Mahonés hayan conseguido por méritos propios el ascenso a Segunda División B es algo que por su obviedad no importaría destacar. En el caso del Sporting Mahones, supone la vuelta del maltrecho fútbol menorquín a la actualidad nacional. Han sido 17 años, demasiados años, los que ha estado el conjunto mahonés ausente del contacto semanal con el fútbol nacional, aunque sea en la tercera categoría del fútbol español. En una isla en donde el baloncesto ha fagocitado al deporte rey, la vuelta del Sporting a Segunda B supondrá sin duda alguna una bocanada de aire fresco para un fútbol menorquín tan huérfano de éxitos como los que en su momento deparó el conjunto blanquiazul.

Lo del Mallorca B es otra historia
No hay que dejarse caer a engaño alguno. La realidad de un filial es muy diferente a la de una primera plantilla. En Maó están volcados con 'su Sporting' y en Palma el RCD Mallorca B ha tenido su día de gloria ... y poco mas. De hecho, ya no se habla de ellos, salvo para hacer uso y mención tanto de las bajas como de las altas que tendrá el conjunto nodriza del Real Mallorca. Un equipo que en teoría está diseñado para rodar a lo que serán futuros integrantes del primer equipo rojillo. Paradojas de la vida. Los integrantes del filial bermellón tienen muy claro que con Gregorio Manzano como máximo responsable técnico del primer plantel, debutar o al menos ir convocado con el equipo de Primera suena a pura utopia. Ni da bola a los jóvenes ni le interesa en absoluto. De hecho, aún se le espera en el 'Ono Estadi'. Ni estuvo ni se le espera.



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